Para promocionar su juego Pictionay, Mattel instaló una marquesina interactiva en medio de un centro comercial de Toronto para invitar a que todo aquel que pasara por allí se animara a participar en el famoso juego.

Así, la gente debía adivinar en menos de un minuto la palabra que el actor dibujaba dentro de la marquesina. Si lo conseguían, un equipo de Mattel irrumpía en escena, con juegos de mesa y otras sorpresas como osos de peluche gigantes o globos para el ganador.

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